Lopera Bike

domingo, 9 de junio de 2019

VII Día del Club Ciclista Lopera Bike


Esta mañana ha tenido lugar la presentación de la equipación oficial del Club Ciclista Lopera Bike, para las temporadas 2019 y 2020, y la celebración del Dia del Club que anualmente se celebra.

El día ha empezado con una sesión de fotos, con el Castillo y la Iglesia de la Purísima Concepción como fondo, y con mas de 25 socios como modelos.





A continuación se ha realizado un recorrido en hermandad de mas de 50 km, en el que se ha aprovechado para denunciar el pésimo estado de la vía de servicio de la A4, que comunica Villa del Río con el término municipal de Lopera, y que se usa por cientos de ciclistas de diferentes localidades.



A la finalización del recorrido, se ha realizado un tour por las calles de Lopera, terminando en el Batacha, con un refrigerio entre los socios asistentes.



Agradecer a los patrocinadores para estas dos temporadas, Clinica Dental Juan Martos, Café Bar Batacha, Construcciones Moscoso, Almacenes Teruel, Estación de Servicio Los Caballos, Casado Inmobiliario y Aceites La Loperana.

domingo, 14 de octubre de 2018

XI Dessafio Sierra Sur de Jaén



O el Desafío o La desértica, esa era la duda para poner colofón a este 2018, en cuanto a participación en pruebas maratón de MTB, que me planteaba mi querido compañero Paco Medina. Finalmente pese a tener plaza en La Desértica, decidimos participar en el Dassafío, más que todo por facilidad en desplazamiento, y porque ese fin de semana vamos al concierto de Loquillo en Granada, casí ná.

Así que, buen verano, y buenas vacaciones de rutas de carretera para hacer fondo, con dos últimas semanas previas, entrenando con la MTB, para adaptarnos a la bici y al terreno ( los caminos no son el asfalto ). Por tanto creíamos que llegabamos a la prueba en condiciones para terminarla, pese a que todos los conocidos nos hablaban de la dureza de la prueba, en su mayoría la más dura que habían realizado. La verdad es que llegamos mas que acojonados, pero bueno tras la 101 de este año con 3.000 metros de desnivel, sabíamos que iba a ser duro, pero realizable.

En esta ocasión nos acompañaban, al menos en la salida, el junior de Lopera Bike José Antonio Torres, y los compañeros del Nany¨s cicling Juanjo Egea y Juanjo Ruiz. Partimos de Lopera a las 6.45 am, con un buen madrugón, llegando a las faldas de La Pandera a eso de las 7,10 am, donde una buena fila de coches nos daba la bienvenida. Llegamos a Valdepeñas, inicio de la prueba, y tras seguir las indicaciones, llegamos a la zona de parking, donde encontrar un lugar para dejar el coche se antojaba bastante difícil. Finalmente conseguimos aparcar los 3 coches, y rápidamente, bajar las bicis, vestirnos e irnos a por los dorsales y bolsa de corredor.

Tras poner los dorsales en bicis y malliot, y gracias a que nuestro compañero Elu se hizo cargo de las 5 bolsas de corredor, nos dirigimos a nuestro cajón de salida, en esta ocasión al ver novatos, los últimos de todos. Quince minutos de espera, donde decidimos quitarnos manguitos y chalecos, para a las 9 am en punto dar inicio la prueba.



Salida cuesta abajo de unos 500 metros ( creo que fue la única bajada sin tensión que hice en los 104 km de la prueba), rodeando Valdepeñas para en seguida al kilómetro o kilómetro y medio empezar a subir, en esta ocasión por las calles del pueblo y enlazar con la primera de las subidas, Navalayegua. Aquí a José Antonio lo perdimos de vista ya para el resto de la prueba, por lo que los 4  restantes comenzamos este puerto de unos 8 kilómetros con unos 500 metros de desnivel acumulado al 8%, con menos problemas de tapones de lo que esperábamos, pero con un tramo muy complicado, tanto por la pendiente como por el mal estado del terreno. Coronamos el puerto adelantando a bastantes participantes, e iniciando una larga larga bajada.



Bajada de unos 16 km hasta el Cortijo de los Llanos Prados, con unas preciosas vistas del pantano del Quiebrajano, y en la que los Juanjos se nos van, y en la que a mi me adelanta hasta el apuntador ( cada vez bajo peor), y es que el terreno no favorecía mi terror a las bajadas, con mucha grava suelta, Para lo que a la mayoría sería una gozada, para mi, un infierno estos 16 km de bajada, en los que las piernas en lugar de descansar, van con mas tensión que subiendo. Ya solo nos quedamos Paco Medina y yo, cuando empezada la segunda subida de la prueba.

Subida que en realidad son dos, el puerto de Alamillos enlazando con el puerto de Sierra Trigo, con un total de unos 13 km y una pendiente media del 5%, con una primera parte mas suave y un final hasta los aerogeneradores similar a la primera subida de Navalayegua. Consecuencia el final se hace duro, y con apenas 30 km  llevamos ya mas de 1.000 metros de desnivel. Empieza mi calvario particular, las piernas me mandan el primer SMS. Aquí paramos nosotros por primera vez en el avituallamiento, con unos colaboradores que durante toda la prueba eran un encanto de amabilidad y predisposición hacia los corredores ( un 10 para todos ellos ). Tomamos un poco de fruta y un dulce, rellenamos líquidos y a continuar.

De nuevo una bajada, en esta ocasión mas corta, pero con un firme muy malo, con mucha grava suelta, y yo para variar, una chicane móvil. Afortunadamente, la bajo sin percances e iniciamos el tramos de Los Cortijos, que finalizaría en Frailes. 

Este tramo de los Cortijos, es un rompepiernas, tramos de bajada, peligrosas para variar, en algunos con pie a tierra, repechos sin largas subidas, y como su nombre indica muchos cortijos aislados, en los que su ancianos habitantes pasaban el rato, mientras vigilaban las ovejas, sentados y viendo la caravana de ciclistas desfilar, cada cual con si historia. Aquí empecé a ir con el máximo desarrollo suave, pues de SMS, las piernas ya me mandaron un burofax. Mi compi Paco que ya de inicio iba un puntito por encima mío, aquí ya el tío iba sobrado  de todo. Finalmente llegamos al avituallamiento de Frailes.



En Frailes aproveché para estirar un poco, Paco solicitó a Proteccion Civil un analgésico pues le dolía la espalda, y tras comer un bocadillo, fruta y un gel, reincidamos la marcha, topándonos a la salida con una buena rampa de asfalto. Aquí vino el primer calambre, que casi me tira de la bici, y que me acompañaría ya hasta el final de la prueba. Próximo objetivo, Alcalá la Real. Este tramo desde Frailes-Alcalá, pues mas de lo mismo de lo anterior, con un par de subidas de asfalto, y destacando la llegada a Alcalá, con el Castillo de la Mota al fondo. Cada inicio de subida me acalambraba, y tenia que parar para estirar. Me adelantaban corredores y mas corredores, pero mi idea era terminar. Llegamos al avituallamiento de Alcalá y repusimos líquidos, estiré otro poco y de nuevo a los caminos.

El tramo de Alcalá a Castillo de Locubin, lo recuerdo por dos cosas principalmente. Una, por el tramo del singletrack del nacimiento del río, zona muy bonita y espectacular. Al entrar a la arboleda, daban ganas de tirarse de cabeza a esas aguas cristalinas, mas con el calor que estaba haciendo. Y la segunda por el sufrimiento que llevaba al ver que cada subida era imposible apretar, bastante tenía con subir las rampas encima de la bici. Afortunadamente llegamos a Castillo. Ya nos quedaba el último tramo.



En Castillo paramos en el avituallamiento, rellenamos líquidos, me rocié de réflex las piernas, y a ver como se daba la Camorra, aunque yo ya sabía de antemano lo que iba a pasar. Este alto de la Camorra son 2 km aproximadamente con un desnivel medio del 10% u máxima del 17%, aunque en el Garmin de Paco le peo mas del 20%. Al iniciar la Camorra, oímos una ambulancia, (alguna incidencia habría ocurrido), y acometimos las ascensión con un tramo inicial de cemento, que deja paso a una camino, observando a lo lejos el tramo duro final de cemento. Paco como en todas las subidas sube a su ritmo, y yo al iniciar el tramo final de cemento rallado, otro calambre y pie a tierra. Estiro un poco y viendo la inclinación que quedaba decido subirla a pie, junto con otros corredores. Paco me espera el final de la subida, y junto reemprendemos la marcha, comentando la dureza de la Camorra, mas a estas alturas de prueba. Nos quedaban 17 km, con final la subida a Chircales. 



En una de las rampas previas a Chircales, me dio el calambre de los calambres, la pierna encogida, imposible de estirar y yo temiendo llamar al teléfono de incidencias. Tras un rato, conseguí enderezar la pierna, estirar y sorprendentemente reemprender la marcha, Cuando me encontré con Paco, este estaba llamándome ya por teléfono al ver que tardaba mas de lo habitual. Juntos iniciamos Chircales, puerto de unos 3 km y medio ( me parecieron 10 km por lo menos) con una pendiente media del 6%, pero con un tramo final complicadísimo, por desnivel y estado del terreno. Se me hizo muy duro, y eso que hice el tramo final a pie. Cuando vi a Paco parado al final de una rampa, me embargó una enorme alegría, pues entendía que ya estábamos en Valdepeñas. Efectivamente, nos quedaba una bajada inclinadísima por cemento, divisando Valdepeñas al fondo. Entremos a Valdepeñas, rampa de asfalto y estamos ya en el pueblo, buena cara para el fotógrafo ( muchas gracias a todos los que a largo de la prueba nos hicieron fotos), y sorpresa agradable de que no se subía el Muro, si no que volviamos por donde a las 9 am habidos iniciado la prueba. Último tramo de subida, la meta a 100 metros, falso llano, y entrando a meta el último calambre de la prueba. Increíble no me dejó ni entrar a meta en condiciones. 



Afortunadamente terminamos la prueba con medalla de bronce, y 8 horas 31 minutos. Los Juanjos acabaron 1 hora antes con medalla de plata y José Antonio, pese a sufrir una caída que le afectó al codo y muñeca acabó con medalla de oro en 5 horas 50 minutos. Todos finisher y pese a la caída de José Antonio, todos íntegros.

Tras cruzar meta, recibir la medalla, y refrescarnos con una bebida de limón, pasamos a comer una pasta con queso, coca cola y un flan de postre, fotografiándonos en el podium, que hace horas dejó de realizar su cometido, para tranquilamente subir hasta los coches y proceder al montaje de bicis y viaje de vuelta para Lopera.



En resumen, decir que se trata de una prueba muy dura, en la que no hay respiro para las piernas, con un terreno muy bronco, bajadas complicadas, y en la que hay que tener un nivel físico aceptable y buena cabeza. Destacar la buena organización, y la amabilidad y predisposición de todas las personas implicadas en la organización de la prueba.


Magnífico 2018, siendo ambos finisher en la XIV Guzman el Bueno, la XXI 101 de la Legión de Ronda y este XI Dessafio Sierra Sur de Jaén.

Como anécdota, indicar que Paco, Juanjo Ruiz y yo, nos quedamos sin camiseta conmemorativa, pues pensábamos que nos la darían al finalizar la prueba, cuando debería de ir en la bolsa de corredor.












domingo, 12 de agosto de 2018

XXI Edición 101 de la Legión de Ronda ( 2ª Participación)


Llegada a meta

Domingo día 7 de Enero de 2018, 10 am horas, empieza la inscripción para la 101. Imposible entrar en el sistema, está totalmente colapsado. Guasap a tres bandas, Paco, Elu y yo. No entro? imposible? colapsado?. Pasan los minutos, se acelera el pulso y no conseguimos ni siquiera entrar a la web. Son las 10:15 am, tiro la toalla, ya es muy tarde para conseguir plaza. Pese a ello hago un nuevo intento. Joder entro en la web! hostia entro en la inscripción! de nuevo se acelera el pulso, el ordenador empieza a trabajar y .... PLAZA ASIGNADA. Rápidamente guasap, TENGO PLAZA!, al momento Paco, YO TAMBIÉN !. Desafortunadamente Elu no consigue plaza y entra en la reserva, presagio de lo que iba a ocurrir meses después.

Este año sería nuestra segunda participación, por lo que decidimos variar un poco la preparación, y apuntarnos a la Maratón Guzman El Bueno, que se celebraría el 7 de Abril, justo un mes antes de la 101, y que serviría de una buena puesta a punto ( http://mtblopera.blogspot.com/2018/04/xiv-guzman-el-bueno-lopera-bike.html). Lamentablemente aquí fue cuando Elu supo que en caso de obtener plaza en la reserva no iba a poder participar por sus problemas de espalda, así que la XXI edición de la 101 la haríamos solo Paco y yo.

En esta ocasión conforme se acercaba la fecha, fuimos mas precavidos en evitar caídas o lesiones como las producidas el año pasado, que nos condicionaron la prueba. Este año afortunadamente llegamos los dos sin ningún tipo de lesión.

Viernes día 11 de Mayo, llega el día de partir hacia la prueba. Sobre las 16 horas salimos los dos dirección a Ronda, con un tiempo soleado y ni frío ni calor. Paco decidió variar el itinerario del viaje e irnos por Cordoba-Lucena. En esta ocasión pocos bikers nos encontramos en el camino.

Llegada a Ronda

Llegamos por fin a Ronda sobre las 19 horas, y como el año pasado, se nota nada mas entrar el ambiente de la prueba, con las calles repletas de bikers y marchadores. Conseguimos aparcar en el mismo lugar que en 2017 y directamente nos dirigimos hasta el pabellón, donde entregamos las bicis, en el parking habilitado para tal efecto, recogimos la camiseta conmemorativa de la prueba, y además de Paco el dorsal. Cuando nos disponíamos a irnos para la pensión ( esta año pasamos de pernoctar en el Parador de Ronda a la pensión Ronda Sol ), me llama mi compañero Vicente. Venia de camino y creía que no iba a llegar a tiempo para recoger dorsal. Así que vuelta al Pabellón, y a la cola de incidencias. Gracias a las nuevas tecnologías y el buen a hacer de la Legión, pude recoger el dorsal, camiseta y bolsa de mi compañero, aunque me costara volver al pabellón de nuevo, pues el  pasaporte legionario no lo habían incluido, y es indispensable para poder hacer la prueba. Destacar de nuevo la magnífica organización, compromiso y predisposición de todos los miembros de la Legión, que hacen de esta prueba algo diferente, así como de los miles de personas, vecinos de Ronda y alrededores, por su calor y apoyo durante todo el recorrido.

Parking bicicletas

Entrega de dorsales pabellón

Ya con todo solucionado fuimos a coger la habitación de la pensión, y enseguida a la Alameda del Tajo, llena a rebosar de participantes, familiares y curiosos, que no paraban de mirar y comprar en los diferentes stand repartidos por toda la Alameda. Tras dar unas vueltas por los diferentes stand, nos ponemos en cola para cenar, en las carpas montadas por la organización, y posteriormente buscar asiento, tema difícil, pero que conseguimos finalmente en unas escaleras, justo cuando entraba la banda de cornetas de la Legión. Este año, la pasta estaba mucho mejor, y había de sorpresa ensalada César.





Tras la cena, repaso de nuevo a los stands, y presenciamos en primera plana los tradicionales fuegos artificiales, acompasados previamente por la banda de musica de la Legión. Tras ello, esperamos a mi compañero Vicente para entregarle su dorsal, nos hicimos unas fotos en la meta, y vuelta a la pensión y a descansar para la prueba.



Son las 7 am, y nos levantamos en una mañana que amaneció con lluvia muy fina, dejando las calles mojadas y frescor en el ambiente. Para nosotros perfecto, mejor que calor. Hemos descansado perfectamente, aunque en la pensión se oye hasta la respiración de los huéspedes, pero para nosotros es fundamental poder dormir. Otra cosa es lo de las aguas mayores. El desayuno de la pensión es en una cafetería frente a la misma, por lo que decidimos entregar las llaves y posteriormente del desayuno irnos directamente para la salida. Llegamos los primeros a la cafetería pero al instante empezó a llenarse de bikers. Dimos cuenta de un buen café con tostadas, zumo de naranja, incluido en el precio de la pensión, y a continuació para el coche a dejar las mochilas y recoger la bici del pabellón.



Llegamos al campo de futbol a las 8:30 am. Entramos, y vemos la enorme cantidad de bikers que hay ya apostados en la salida. En esta ocasión sin hacer cabriolas, V invertidas etc, conseguimos quedarnos en un sitio similar al del pasado año, mas o menos a mitad de la primera curva con unos 2.000 bikers delante nuestra. En fin no nos queda otra, que esperar al inicio de la prueba.



Esperando la salida

A las 10 am, se da inicio a la XXI Edición de la 101, previo discurso del General Jefe de la Legión, y los salves y vivas correspondientes. Nosotros pasamos por el arco de salida antes que en 2017, sobre 10 minutos después de que lo hicieran los primeros.

Atravesamos Ronda, con cientos de personas animando por todas las calles, y muchos bikers apretando para ganar posiciones. A diferencia de 2017, en esta ocasión Paco y yo, si que ganamos posiciones, aunque no íbamos a cuchillo, pero si que cogimos un ritmo alegre que nos hizo llegar a la neutralizada mucho mejor que el año pasado.

Atravesando Ronda


Llegamos al km 8 aproximadamente y se realiza el agrupamiento para dar inicio realmente a la prueba, y en el primer camino y pendiente, el primer tapón de siempre y las primeras averías, algunas irreparables, como un biker con la patilla del cambio trasero rota. Vuelvo a repetir lo que comenté el año pasado, sin faltar al respeto a nadie, el mantenimiento de algunas bicis y su estado, es lamentable. Aquí empezamos a adelantar a algunos bikers. Este año la organización nos tenía dos sorpresas, la primera la íbamos a sufrir pronto, al entrar en Navetas. En un arroyo que había que pasar por un puente de madera y subir un cortafuegos, se montó lo mas grande. Mas de 30 minutos de tapón, que algunos listillos querían adelantarse a la enorme cola que existía, con el abucheo de los miles de bikers allí presentes. Este año no se pasaba por el Circuito Ascari, por lo que no pudimos ver y escuchar los coches de competición como en 2017. Saliendo de Navetas, primera caída importante, con ambulancia incluida.

Taponazo en Navetas

Llega el kilómetro 38, llegada a Arriate e inicio de subida de unos 5 km, hasta el Cortijo del Polear.
Coincidimos con unos bikers de Sevilla, uno de ellos nos comentó que su suegra era de Jaén. Con ellos hice el trenecito, mientras Paco en mejor estado de forma iba metros delante. Eso iba a ser lo normal en toda la ruta. La subida aunque con no demasiada inclinación pero si con bastantes  piedras en la pista, provocó alguna caída y enganchones. Aquí, como en todas las subidas adelantamos a muchos bikers hasta llegar al avituallamiento.

Tras la parada y hasta Alcalá del Valle, el terreno era favorable, la gente va a mucha velocidad y las caídas se suceden, de nuevo con ambulancias, seguramente con roturas de clavículas. Llegamos a Alcalá, en esta ocasión rodeamos la localidad, y previa entrega de gel por parte de los legionarios  nos encontramos con la temida rampa de hormigón. Este año si, y no se me olvida encender la gopro, para inmortalizar la subida.



Nuestro próximo objetivo, era el avituallamiento de Setenil, con terreno descendente y favorable, aunque me pareció un itinerario diferente al año pasado. La entrada a la localidad gaditana, como ya pudimos comprobar en 2017 es una auténtica pasada. Sus casas bajo la montaña, y cruzar la zona de tascas con todo el mundo gritando y animando, pone la piel de gallina.  Llegamos al avituallamiento, donde comimos el típico sandwich de york y queso con chocolate y fruta.


Setenil de las Bodegas

Tras reponer fuerzas y hacernos una fotillo, reiniciamos la marcha y como no, en subida. El próximo objetivo era llegar al avituallamiento de Chinchilla, que sería el punto kilométrico 65 aproximadamente. El último tramo de casi 7 km similar a la subida del Polear, costó un poquito mas, pues el sol empezó a calentar. En el avituallamiento, comemos algo, rellenamos agua y de nuevo en marcha.



Llega la bajada hasta el acuartelamiento de la Legión en el kilómetro 75. Miedo ma daba ver como nos pasaban algunos bikers. Normal que hubiera caídas y algunas como he comentado con consecuencias importantes. Pensaba que los frenos iban a reventar por el fuerte olor a quemado que rezumaban. Espectacular bajada sin duda, en la que los frenos juegan un papel crucial. Llegamos al acuartelamiento con mucho adelanto respecto a 2017, además del ritmo, porque este año llegamos con menos kilómetros al no pasar por el circuito Ascari. Aquí había comida, pero nosotros como en 2017 no paramos a comer, así que tomamos algo de fruta, nuestras barritas, rellenamos agua y de nuevo en marcha.

A partir de aquí llega lo mas duro, sin duda. Primer objetivo, la subida a la Ermita. Empezamos la ascensión, Paco se me escapa, no puedo seguir su ritmo, y mas cuando el cuadriceps izquierdo me da una amago de calambre. Sin parar y sin seguir pedaleando aflojo e intento estirar. Continuo y al poco rato otro amago de calambre, en esta ocasión con mayor intensidad. Hago lo mismo y continuo hasta llegar al tramo imposible de escalones y piedras. Tramo de 500 metros andando, que aprovecho para tomar magnesio y un gel. Terminado el tramo duro, nos volvemos a montar en bici hasta que por fin llegamos a la Ermita, donde Paco ya me estaba esperando.




Emprendemos la bajada a la  Ermita. Este año con muy mal sabor de boca, ya que cogí unos cuantos bikers que iban muy muy lentos, no me atrevía a adelantarlos, por lo que realicé una pésima bajada. Pero indicar que la bajada es increíble y preciosa. Lástima no encontrar ninguna foto nuestra de la misma.

Y aquí llegaba la segunda sorpresa de la prueba, nada mas terminar de bajar la Ermita, subida inédita al Monte Hacho. Ya el inicio de asfalto en Montejaque es tremendo, y el resto hasta la cima, un reguero de bikers mayoritariamente a pie. Nosotros a nuestra marcha, yo con máxima cadencia para evitar los calambres, y Paco a su ritmo delante de mí. Llegamos hasta la cima, con un tramo final de olivos, en el que un legionario animaba a todos los participantes "engañándonos" con que quedaban solo 100 metros de subida. Le faltaba un cero por lo menos. Llegamos a la cima, y nos encontramos una bajada inédita hasta volver a Montejaque, espectacular, con unas vistas impresionantes, pasando  por mitad de sus  calles sinuosas, en una vertiginosa bajada.



Llegamos al avituallamiento de Benaojan, donde repusimos fuerzas, sobre todo yo, para evitar los calambres al menos hasta llegar a La Manía. Iniciamos la subida del sendero, en la que en breve pusimos el pie a tierra, es el peor tramo de la prueba en mi opinión por no ser ciclable para la inmensa mayoría. Tras reanudar la marcha en bici, Paco de nuevo se fué y al primer esfuerzo, de nuevo un calambre. En esta ocasión si que tuve que bajarme de la bici, y estirar un poco. Tomé de nuevo un gel, y durante un par de kilómetros alterné bici y caminata, estirando de vez en cuando, para ya en bici llegar hasta el avituallamiento.





Llegé al avituallamiento del cortijo de la Manía, aparentemente mejor de los calambres, y donde comimos un par de napolitanas,  algo de fruta y aquiarius. Tras la parada, una buena bajada, muy peligrosa por la cantidad de gravilla suelta. De nuevo muchas caídas. Subida a la Muela, en la que Paco se encontró con un conocido, y bajada hasta las faldas de Ronda. Momento en el que ya somos conscientes de que vamos a ser de nuevo finisher, salvo hecatombe, accidente o que me diera un calambre que me dejara tieso del todo.

Legamos a la cuesta del cachondeo.  Paco se adelanta,  yo empiezo con miedo por los calambres. Primer tramo hasta la curva de izquierdas duro, pero superado. Empieza el tramo en bajada que se agradece, hasta que de nuevo empieza el tramo empedrado. Sigo para arriba, y oigo una voz. Es Paco. Se acuerda que el año pasado no paramos para hacernos una foto con el puente del Tajo al fondo . Este año hacemos foto, e inmortalizamos el momento. Reanudamos la marcha, y ya sea porque me recuperé con el magnesio o los geles, o por la parada para la foto, subimos la cuesta y llegamos a Ronda perfectamente.





Cruzamos Ronda, y como en todo el recorrido cientos de personas animando sin parar. Poco antes de cruzar el puente nos percatamos de un accidente. Un grupo de bikers ( todos con su misma equipación ) y un compañero tirado en la acera. Tiene pinta de enganchón fortuito y caída. Seguimos cruzando Ronda y pese a vivirlo el año pasado, la emoción es indescriptible, un nudo en la garganta, cientos de personas animando, algún aficionado grita "Lopera". Vamos a entrar a la Alameda, hacemos hueco, los dos en paralelo, veo el cronómetro y no me lo creo, pasamos por meta en 7 horas 56 minutos, por las 9 horas y 3 minutos de 2017, con la subida al Hacho y los calambres de los últimos 25-30 km incluidos.

Nos cuelgan las medallas de finisher, la sudadera, y vamos a entregar las bicis al parking para comer. Con una enorme alegría, degustamos un buen filete de ternera empanado, nos hacemos fotos, llamamos a la familia, y gozamos del momento, entre cantidad de bikers finisher. Este año no vimos llegar al primer clasificado runner.




Después de comer, recogemos las bicis, y nos hacemos una foto en los aledaños de la Plaza de Toros de Ronda, como hicimos en la edición anterior. Ahora queda, lo peor, volver al pabellón, ducharnos, recoger las mochilas, montar las bicis, y de vuelta para Lopera, con llamada al compañero Elu, para comentar como había ido el día. En esta ocasión hicimos el trayecto prácticamente de día. Se nos hizo de noche ya en Córdoba.



Por fin a las 11 am del Domingo 13 de Mayo, llegamos a Lopera, menos cansados, con mucha hambre y contentos de como se había desarrollado la prueba, pese a los calambres, pero con una alegría enorme de acabar los dos esta mítica prueba, acordándonos, como no de nuestro compañero Elu, precursor y culpable de meternos esta prueba en el corazón.

Este año, ya llevamos la Guzman, la 101, y si Dios quiere terminaremos en Octubre con el Desafio Sierra Sur, que será nuestro estreno en esta prueba, como siempre sin afán competitivo, simplemente para intentar acabarla.



El año que viene MAS

domingo, 1 de julio de 2018

Crónica Ruta Castillo Espeluy



Estrenamos ruta oficial, con la visita al Castillo de Espeluy, y con una buena participación de socios del club, en concreto 9, que nos dimos cita como de costumbre a la 7 am en los jardines del Cuartel de la Guardia Civil.

De este modo, en una mañana mas propia del mes de Abril, y no de Julio, fecha en la que estamos, tras debatir por donde ir a hacia Arjona, y dado que Paco Medina que tras la 101 de Ronda era la segunda salida que hacía, se decidió ir por la Ctra Andujar y Arjonilla. Así que a un ritmo suave subimos la cuesta del Saetal, el tramo de la nacional vieja y la posteriormente la subida hasta Arjonilla.



Saliendo de Arjonilla, nos percatamos que faltaban 4 ciclistas. Tras esperarlos y preguntar, el motivo era bastante sencillo, Chueco hizo un "Dumoulin". Tras las risas pertinentes, llegamos a Arjona, cruzando por medio del pueblo y buscando la localidad de Lahiguera, con su tramo final, que se atraganta y que es pesado como él solo. Aquí en lugar de bajar hasta Villanueva, introducimos la novedad de ir hasta Cazalilla, por un camino asfaltado en perfectas condiciones, con una primera rampa tras una bajada pronunciada que picó bien en las piernas. El resto hasta Cazalilla, un tobogán de subes y bajas.

De Cazalilla, nos quedaba un tramo rápido de 4 km hasta la Estación de Espeluy, para posteriormente otros tantos kilómetros en ligera subida hasta la propia localidad, donde nos recibieron unos jóvenes que ya estaban preparando el partido de España en el mundial ( por cierto penoso espectáculo el de España en este Mundial, una cutre Rusia nos manda a casa). Llegamos así Castillo, y tras foto de rigor, con un viento que ya hasta Lopera nos daría de cara, nos dirigimos para Villanueva, donde realizamos el desayuno de costumbre en el bar SISI.



Tras reponer fuerzas, iniciamos el tramo rápido hasta Andujar, con la molestia del aire, y Paco bien arropado sin dar un mísero relevo, cuando su bici pinchó. Tras romper el gusanillo del primer repuesto y dejarle inservible la bomba a Antonio Torres, finalmente consiguió poner otra recámara, aunque ya no había fuerza para inflarla suficientemente.



Llegamos a Andujar, bordeando por la vía de servicio para pasar por El Sotillo, con otra parada, en esta ocasión de Antonio Pedrosa al notar unos ruidos en su bici. Tras farsa alarma, subida tranquila al Montecillo  y posterior bajada rápida, para acometer el tramo final hasta Lopera, pesadísimo en todas las rutas de vuelta.

Llegamos a Lopera a las 11.45 am tras 100 km y 1.100 metros de desnivel, llegando al Batachá a tomar unas cervezas SIN fresquitas, y plantear la ruta del próximo fin de semana, tras charlas y tertulias varias.



Se ha decido para el próximo Domingo a las 7 am la siguiente ruta: Lopera-Torredonjimeno¨El Berrueco-Arjona-Lopera

PD.: Un "Dumoulin" es cuando en medio de una ruta ciclista te da un apretón que te cagas las patas abajo, tirando la bici en la cuneta y saliendo por patas bajo un olivo o similar.





domingo, 3 de junio de 2018

1ª Ruta Oficial 2018 CC Lopera Bike



Como todo llega en esta vida y tras un periplo sin contar con ella, y tras múltiples peticiones, expectación a doquier, e innumerables solicitudes, cuadre de calendario, ajustes de horarios y días apropiados para la misma, reuniones, cancelaciones, etc, etc, etc, por fin llegó la primera ruta oficial del año.

Y como no podía ser de otra manera, 6 bikers de nuestro club ( Diego, Pepe, Bartolo, Elu, Antonio Torres y un servidor), junto con los indestructibles "junior " Antonio  y José Antonio, que aunque oficialmente no pertenezcan al club, merecen mención especial por participan como el que más en las actividades que se proponen, nos dimos cita a las 8 am, aunque alguno con problemita de última hora nos dio caza unos kilómetros ya empezada la ruta, para de esta manera dar comienzo a la temporada de rutas oficiales.



Así que con una mañana fresca por las lluvias que cayeron el día anterior, buscamos la primera tachuela de la jornada subiendo el Montecillo, previa crema calentadora de piernas como es la subida al Saetal, típica en nuestras salidas, para a continuación subir hasta Marmolejo, donde tras cruzar por la churrería reservamos mesa para nuestros compis que en breve llegarían para degustar los estupendos churros y mejor chocolate de nuestra paisana. Al que tampoco vimos fue al "presi" con el que quedamos allí, pues como se cae de la cama el muy jodío, llevaba desde la 7 am dando pedales. 



La ruta transcurría en una excelente mañana y mejor ambiente entre los participantes, tal que Bartolo se calentó, se animó, y se pegó una pedazo de escapada al estilo Froome, en solitario desde Marmolejo hasta el eucalipto de la Encarná. Destacar la subida del arroyo Corcomé, con ese fresquito que hacía y ese olorcillo a sierra, daban ganas de pedalear y pedalear. Paramos en la Encarná y apareció el "presi perdido", con su MTB,  pues la flaca ha pillado el resfriado qué él cogió la semana pasada. Destacar el pedazo de tostada con jamón ibérico que se metieron unos pocos del grupo, para caerse la babilla, simplemente espectacular.



Tras ibéricos y demás bichos, como lo estábamos pasando bomba, e íbamos relajados y en plan guay, decidimos por unanimidad, llegarnos a Montoro y ver un poquito del rally que allí se estaba celebrando. El "presi perdido" como iba dopado con la MTB, una hora más y 25 km mas,  y las patitas doloridas, decidió volverse para Lopera por la Fuensanta. El Rally, vaya chulería, vaya trompos que hacían los cochecitos y vaya petardazos daban algunos. Allí en el puente del río viendo salir coche tras coche, y lo que no era coche, nos podíamos tirar la mañana entera, por lo que reincidamos la marcha.



De nuevo por unanimidad, y a petición de Bartolo decidimos modificar de nuevo la ruta y con el beneplácito de todos, se decidió subir hasta Bujalance en plan trenecito tras Pepe, que dicho sea de paso, nos quitaba el aire de frente que ya empezaba a molestar. En principio lo intentamos con Bartolo, pero se quedó sin carbón y tuvimos que cambiar al makinista. Es broma, Bartolo se ha portado como un auténtico mákina. Cuando se pille su nueva bici, que venga el valiente y tire tras él.



De Bujalance al cruce de Lopera, eso fue un rally a dos ruedas. A mi no me hace gracia esa carretera,  principalmente por el tráfico, y mi intención era pasar lo antes posible, así que CRI Bujalance-cruce Lopera, con RP y RP en el Strava, aunque no fue individual sino dual, pues llevaba a mi Jr pegado como una lapa, pero sin dar relevos el muy...

En el cruce nos reagrupamos todos, y ya soltando piernas realizamos los últimos kilómetros de la ruta, suaves, en buena sintonía, comentando las andanzas de la misma, sin pinchazos, averías y con muy buenas sensaciones por parte de todos los participantes.



Finalmente llegamos a Lopera, y en el Batachá aquellos que podían y les apetecía se pararon a tomarse un merecido refrigerio, coincidiendo allí con otros miembros del club que habían finalizados sus rutas.

En resumen, excelente mañana para la práctica del ciclismo, muy buen compañía, una ruta muy compensada en cuanto a kilómetros&desnivel, algún Fittipaldi por la carretera, en concreto dos, uno que me adelantó a menos de 1,5 m y otro adelantando en recta frente a mi, sin esperar a cruzarse conmigo. Mucha mucha precaución compañeros.



La semana que viene en principio el sábado hay ruta NO oficial Adamuz-Caballón-Villanueva-Adamuz, y el Domingo la ruta oficial programa. No obstante como siempre se avisará y comunicará por el guasap del club.

LA SEMANA QUE VIENE MAS

PD. Destacar varias cosillas que se me olvidaban.

Paco y Pepe Casado, con el guía Medina realizaron la ansiada ruta del Pincho que tantas ganas tenían en hacer, y lo consiguieron. 

Por otro lado Antonio Pedrosa en una de sus maratonianas rutas, subió esta mañana también a la Pandera, con inicio y fin desde Lopera. Vaya paliza. 

Y por último lamentar que nuestro compañero Lolo no pudiera tomar partida de la prueba La Indomable que se disputó ayer en Almería, debido a una fuerte gastroenteritis que padeció la noche anterior a la prueba. Ánimo Lolo, el año que viene será, y si se puede te acompañaremos.